La distimia es un trastorno de menor gravedad que la depresión pero que persiste a lo largo del tiempo. A continuación abordaremos sus características, cuáles son sus causas y cómo tratar la distimia.

¿Qué es la distimia?

La distimia (llamada actualmente trastorno depresivo persistente) es un trastorno del estado de ánimo que persiste más de dos años. Este trastorno se puede dar a cualquier edad y se caracteriza por un estado de ánimo depresivo que está durante la mayor parte del día y aparece con síntomas como la pérdida del apetito, el insomnio o la desesperanza. Estos síntomas se deben dar más de dos meses seguidos.

Cuando se inicia en niños o adolescentes, es habitual que haya otros síntomas de conducta, déficit de atención e hiperactividad, enuresis o encopresis. La distimia puede progresar hacia la adultez desarrollando una visión más pesimista del mundo. El pensamiento negativo constante y la baja autoestima pueden ser importantes en esta visión pesimista.

¿Qué síntomas tiene la distimia?

Los síntomas que puede incluir el trastorno depresivo persistente son los siguientes:

  • Falta de interés en actividades.
  • Cansancio, fatiga y falta de energía.
  • Tristeza, sensación de vacío.
  • Baja autoestima, sentimientos de incapacidad o inutilidad.
  • Autocrítica.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Disminución de la capacidad de trabajo, la actividad y la productividad.
  • Aislarse de las personas y evitar encuentros sociales.
  • Sentimientos de culpa o rumiaciones sobre el pasado.
  • Dormir mucho o tener insomnio.
  • Falta de apetito o comer excesivamente.
  • Desesperanza.

¿Qué provoca la distimia?

Las causas de la distimia o trastorno depresivo persistente son múltiples. No hay una causa exacta del trastorno. Como en otros trastornos de salud mental, las causas pueden ser desde biológicas hasta experiencias vitales.

Estos son los factores que influyen en la aparición de la distimia:

Genéticos: se ha encontrado que es más probable padecer depresión si en la familia hay alguna persona que también la padece. Esto podría indicar que hay cierta predisposición genética que se hereda.

Biológicos: en el cerebro hay neurotransmisores que pueden estar desempeñando un papel importante en la depresión. En estudios científicos se han encontrado déficits de algunos neurotransmisores como la serotonina que pueden estar influyendo en la aparición de este trastorno.

Experiencias vitales estresantes: la vivencia de eventos adversos puede estar asociada a la aparición de la depresión. Estos acontecimientos pueden ser la pérdida de un ser querido, situaciones con un nivel alto de estrés, problemas económicos o situaciones traumáticas.

Diferencias entre distimia y depresión mayor

En primer lugar, la distimia tiene un curso que va progresando paulatinamente a lo largo del tiempo. A diferencia de la depresión, que puede aparecer de forma repentina, los síntomas pueden empezar ya en la infancia o adolescencia y pueden ir desarrollándose en la vida adulta.

En la depresión mayor los síntomas se deben dar al menos en dos semanas la mayor parte de los días, mientras que en la distimia o depresión persistente los síntomas deben estar presentes al menos dos años. En general, los síntomas son más leves en la distimia que en la depresión.

Finalmente, algunos síntomas son compartidos entre ambos mientras que otros son distintos. Algunos síntomas compartidos son el estado de ánimo depresivo, la alteración del sueño, la falta de energía, déficit de concentración y poca capacidad para la toma de decisión.

Por contra, los que distinguen entre ambos por darse con más predominancia son los síntomas vegetativos (insomnio, falta apetito), la baja libido y la lentitud psicomotora o agitación en la depresión y en la distimia la baja autoestima, anhedonia y fatiga.

¿Qué puedo hacer para tratar los síntomas?

Antes de introducirnos en cómo manejar los síntomas, es esencial saber que si estás experimentando síntomas de depresión o distimia que te limitan en tu vida o te provocan mucho malestar, acudas a un profesional sanitario (médico, psicólogo, psiquiatra, etc.) que te pueda hacer una evaluación y te ofrezca el tratamiento adecuado.

El tratamiento de la distimia no difiere demasiado de lo que ya se utiliza para la depresión. Por definición, se entiende la distimia como algo persistente, por lo que el tratamiento va dirigido a manejar y gestionar los síntomas. Esto se hace aumentando la actividad y el estado de ánimo, cambiando los pensamientos negativos o recuperando hábitos básicos.

Dependiendo de los síntomas presentes, se pueden realizar varias técnicas de orientación cognitivo conductual que pueden ayudar al manejo de éstos. Algunas de ellas se exponen a continuación:

Modifica los pensamientos negativos

Los pensamientos negativos tienen mucha influencia en el estado de ánimo. Si piensas de forma negativa, esto repercutirá en cómo te sientes. Una de las estrategias que puedes utilizar es el reflexionar sobre la irracionalidad de esos pensamientos negativos que estés teniendo.

Pregúntate: ¿Son realistas estos pensamientos? ¿En qué me baso para pensar esto? ¿Hay algo de la realidad que me indique que es así? ¿De qué otra forma puedo interpretarlo?

Este tipo de cuestionamiento puede ayudarte a llegar a otras conclusiones más racionales e ir cambiando el estilo de pensamiento que te viene automáticamente a la mente. Es algo que se tiene que practicar y consolidar a largo plazo para que surjan otros pensamientos de forma más natural.

Aumenta las actividades agradables

Recupera actividades que antes te gustaban y disfrutabas. Márcate un horario en el que hacer estas actividades y cumple con él. Esto permitirá que vayas sintiendo emociones más agradables a medida que realizas estas actividades. Pueden ser desde salir a pasear, relacionarte con otras personas, actividad física, tocar un instrumento, etc. Cualquier actividad que en algún momento te ha hecho sentir bien.

Regula los hábitos básicos saludables

Un aspecto importante, en caso de que se hayan desregulado, son los hábitos básicos. Poder ir a dormir a una hora determinada y despertarse más o menos a la misma cada día, habiendo dormido las horas necesarias, es un hábito que permitirá mejorar tu estado y reducirá la fatiga. Mantener rutinas respecto a la comida e intentar mantener una regularidad en la alimentación también puede ser de ayuda.

Cambia el estilo de pensamiento

Muchas veces la depresión viene asociada a un estilo rumiativo de pensamiento. Esto es pensar repetidamente en cuestiones pasadas, críticas, negativas o aspectos presentes como el hecho de estar mal o sobre los síntomas que se presentan.

Trata de focalizar tus pensamientos en cuestiones prácticas. Si la pregunta que te viene a la mente es «¿por qué me siento así?» es posible que no encuentres respuesta. Si en cambio te preguntas, «¿qué puedo hacer para sentirme mejor?» o «¿cómo puedo solucionarlo?» estarás centrándote en aspectos que puedes cambiar.

Referencias

1. Jiménez-Maldonado, M., Gallardo-Moreno, G., Villaseñor-Cabrera, T., & González-Garrido, A. (2013). La distimia en el contexto clínicoRevista Colombiana De Psiquiatría42(2), 212-218.

2. Patel, R., & Rose, G. (2021). Persistent Depressive Disorder. Ncbi.nlm.nih.gov. Retrieved 28 January 2022, from .

3. Trastorno depresivo persistente (distimia) – Síntomas y causas – Mayo Clinic. Mayoclinic.org. (2021). Retrieved 28 January 2022, from .

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